En el octavo instante suena el viento. El huracán que descarga su furia en un brevísimo e interminable aliento de pasión. Vía crucis de inimaginables fieras como ríos que desbordan sus sueños. Gobiernan el espectáculo en el cielo de las cinco, conciben formaciones colosales, ejecutan giros de una fuerza tal que las desvanece en un insospechado silencio de murmullos. Asciende la imaginación antigua, la guía del pensamiento. Huelli Tecuilhuitl.
∞ embriaguez del infinito aire que respiramos ∞
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