De un momento a otro habremos transitado de la penumbra a la sangre, luego vendrá la muerte. Me refiero a los eclipses lunares y al equinoccio de otoño, lugar perdido en medio del día y la noche, óbito y umbral. Xocotl Huetzi
La distancia entre el cero y el nueve.
Nueve es el límite de la primera de las dos piezas del logogrifo tiempo. Para la Milpa es ofrecimiento de flores, Tlaxochimaco. Se debe valorar cada paso en el andar de la vida, cada tropiezo representa la falta de equilibrio, Miccailhuitl.
∞ embriaguez del infinito aire que respiramos ∞
En el octavo instante suena el viento. El huracán que descarga su furia en un brevísimo e interminable aliento de pasión. Vía crucis de inimaginables fieras como ríos que desbordan sus sueños. Gobiernan el espectáculo en el cielo de las cinco, conciben formaciones colosales, ejecutan giros de una fuerza tal que las desvanece en un insospechado silencio de murmullos. Asciende la imaginación antigua, la guía del pensamiento. Huelli Tecuilhuitl.
Uno de estos días levantarás el vuelo cantando y llegarás al cielo.
Hace algunos días de aquella vez, esa de cuando pasamos orbitando por el punto más lejano al sol, el afelio, así le dicen. Nomás se escuchó el chingadazo de la caída, dicen que ese día hasta se sintió un temblorcito. Por ahí se habla de otra gente que dice que ya olisqueó su pestilente meada, los jaguares se mean por todas partes de aquel lugar que consideren su territorio. Ahora el rebaño se está todo el día como espantado, no se queda mucho tiempo en un mismo lugar, enfilan su camino al mundo del negro y el blanco. Desde aquel entonces la gente mayor comentaba de la aparición de una tal canícula, una mujer vestida del mismo blanco que se pintan las salinas, dicen que espanta el sueño de aquellos hombres que por bien o mal anden en las horas de la noche. Me contaron de una vez, cuando en aquela orilla se empantanaron las aguas, la gente de ahí cuenta que el calor despertó a un ejército de mosquitos, de esos que son capaces de robarle la vida a una persona con un solo piquetito. Ya desde entonces sabíamos que la milpa se infesta de vida y de todos sus pensamientos, siempre vienen los tristes primero. También es común encontrar flores en los funerales, como que insinuan una nostalgia de espectro colorido, cada florecimiento representa un gran esfuerzo, es un dar lo mejor para cambiar la forma y reventar el ápice. Tecuilhuitl.
Movimiento continuo.
Bajo un cielo protector de azulino fondo y mansos rebaños que rumian smog, ventarrones que anuncian la chatarrización de las micros, granizadas y retumbos que prometen derribar árboles sobre los coches, marchas magisteriales que circulan como las aguas mismas que luego se encharcan bajo la noche y nunca faltan los lugares donde el agua se vuelve gris e inunda nuestros sentidos con sus tristezas. Época de tránsitos, la milpa se prepara para el gran día, el de mayor duración, después las noches comenzarán a dilatar su espectro para que la milpa, acurrucada por la oscuridad y el calor nocturno, comience su labor de florecimiento. La luna, vetusta y vanidosa, recorrerá el cielo nocturno acompañada por la serpiente que nos revela los secretos de la regeneración herbolaria, Júpiter y Marte conducen el camino. El jaguar descenderá entre las sombras de la pequeña noche, entonces proyectará sus lozanas pasiones y devorará las más hermosas flores. Etzacualiztli.
Giro perpetuo, quinto vendaval.
La abuela luna que guía el camino de quienes han de completar el paso al florecimiento, exige cada noche la presencia de miles de espejos de agua en los que pueda contemplar su antigua visión. Tan pronto como el sol ha consumado su primer paso cenital sobre el Anawak, los altos indices de radiación ultravioleta desbordan sus sofocantes caricias sobre la milpa. La vida, tal y como la experimentamos, enfrenta el mayor de sus desafíos al resistir la escasez de humedad. La voluntad es puesta a prueba, depresión, cansancio, deshidratación, malestares espirituales, dolores corporales, y demás chingaderas nos obligan a continuar en nuestro crecimiento para jamás desistir. Ha llegado el momento de liberarnos de todo aquello que nos oscurece en pensamiento, pues ha comenzado ya una batalla entre lo que somos y lo que no somos, lo que podemos y no podemos. Tezcatlipoca y Huitzilopochtli, espejo y reflejo, penitencia y perdón. Toxcatl. Del resultado de dicha pugna dependerá nuestro florecimiento.
La Milpa explota.
Pensamientos aderezados en un enfoque demográfico, aseguran que la superpoblación humana es la causa de todo el mal que aporrea a la pacha. Otrxs pensamientos aseguran que una vez que alguna especie ha llegado a un elevado número de ejemplares, lo siguiente es la muerte masiva de dicha especie. La regeneración es inevitable. Altas temperaturas, humedades chorreantes, cielos centelleantes, vientos estentóreos, plagas, semillas. Huelli Toxoxtli.
El acomplete: En tu culo un pie.
Si ya vistes al cielo relampaguear y al aire lo escuchastes atronar.
Dícese del tiempo que es bueno o es malo a según las condiciones climáticas que nos gobiernen. También se dice que los tiempos pasados siempre serán mejores, que el futuro, concebido como presagio de progreso, es un tiempo para mejorar lo peor de este tiempo presente. Otro error es considerar que el tiempo es cíclico, pues olvidamos que nosotrxs nos somos lxs dueños de la conciencia viva, la hija pródiga del universo, caprichosa, errante, vagabunda. En estos tiempos de smartphones, colisionadores de hadrones y bosones de higgs, todavía nos es imposible predecir el tiempo. En Nahuatl, el vocablo que designa tiempo, cahuitl, tiene una semejanza fonética con el vocablo que designa lluvia, quiahuitl.
Paciencia es la virtud que se cultiva.
La tierra ha comenzado a beber el licor que la embriaga, que estimula su fuerza genital y excita su imaginación para que de ella surjan nuevas formas de vida. Ha renovado sus humores, ya comienza nuevamente el romance con sus amantes celestes, calientan y humedecen su faz. Una breve vigilia nos aguarda, tiempo de espera y tránsito retrogrado, Tozoztontli.