Bajo un cielo protector de azulino fondo y mansos rebaños que rumian smog, ventarrones que anuncian la chatarrización de las micros, granizadas y retumbos que prometen derribar árboles sobre los coches, marchas magisteriales que circulan como las aguas mismas que luego se encharcan bajo la noche y nunca faltan los lugares donde el agua se vuelve gris e inunda nuestros sentidos con sus tristezas. Época de tránsitos, la milpa se prepara para el gran día, el de mayor duración, después las noches comenzarán a dilatar su espectro para que la milpa, acurrucada por la oscuridad y el calor nocturno, comience su labor de florecimiento. La luna, vetusta y vanidosa, recorrerá el cielo nocturno acompañada por la serpiente que nos revela los secretos de la regeneración herbolaria, Júpiter y Marte conducen el camino. El jaguar descenderá entre las sombras de la pequeña noche, entonces proyectará sus lozanas pasiones y devorará las más hermosas flores. Etzacualiztli.